Cuando compras una casa hay que comprobar un montón de papeleo, y el domicilio fiscal del vendedor suele pasar desapercibido porque no es un dato fundamental en toda la negociación de la operación, pero sí es importante en caso de que el vendedor tenga residencia fiscal en el extranjero.
Así que si no quieres llevarte un susto en la notaría, cuando vas a firmar la compra, o cuando después te llegue una notificación de Hacienda o de tu Ayuntamiento, compruébalo.
En todo caso, estar respaldado por un abogado que revise todos los trámites y te asesore en todo el proceso supone un pequeño gasto que te librará de preocupaciones y problemas.